¿Cómo fue tu experiencia en la Perimenopausia y/o Menopausia?

Realizamos una encuesta a varias mujeres preguntando sobre su experiencia al vivir la perimenopausia y menopausia. Te dejamos algunos de sus testimonios y te invitamos a enviarnos tu experiencia para que cada vez más mujeres no sientan vergüenza de conversar sobre lo que se vive en esta etapa de la vida.

Los nombres son cambiados para preservar el anonimato.

  • Valeria

    Estoy recién iniciando este gran cambio hormonal, y sinceramente, mi vida a comenzado a perder el sentido para mí. Aunque tengo la gran fortuna de contar con un compañero maravilloso, no soporto los cambios que están ocurriendo en mi cuerpo. Enfrentar esta transformación me llena de miedo.

  • Rosa

    Ya llevo varios años viviendo la menopausia. Todo empezó con dolores en las articulaciones, hinchazón en las piernas y una resequedad persistente en mi piel y pelo. Los dolores de cabeza se volvieron cada vez más intensos y la lista de síntomas parecía interminable al comenzar este camino. Tuve la gran suerte de encontrarme con mi ginecóloga que me informó y escuchó, me cambió la vida.

  • María Luisa

    Creo que esto comenzó hace un poco más de un año. Tengo 46 años, pero hay días en los que me siento como si tuviera 100!. Me veo agotada, con poca energía y atrapada en pensamientos autodestructivos. También he desarrollado comportamientos y pensamientos ansiosos. Antes era una persona segura de mí misma y creativa, pero ahora me distraigo con facilidad y me cuesta mucho mantener la atención. Mis periodos menstruales ahora aparecen cada cuatro meses aproximadamente y son mucho más dolorosos que antes. Recién estoy conectándome con lo que necesito y armando mi equipo profesional para sentirme mejor.

  • Carolina

    De un día para otro, me sentí perdida; entre los sofocos y esta niebla mental (que después supe que tenia nombre) se convirtieron en mis principales síntomas. Sentía que no podía pensar con claridad, hablar correctamente ni procesar las cosas como antes. Por un momento llegué a temer que se tratara de algún tipo de demencia, aunque afortunadamente lo descarté. Siempre había sido rápida para pensar y expresarme, muy elocuente, pero ahora hasta escribir mensajes simples o discursos para compartir mis ideas se había vuelto una tortura.

  • Natalia

    Tanía 42 años cuando comencé a despertar cada mañana con una profunda sensación de ansiedad. Por las noches, no podía conciliar el sueño debido a la cantidad de pensamientos que me invadían. Mi médico sugirió que era agotamiento por el trabajo, pero yo sentía que algo más estaba ocurriendo. Mi cuerpo comenzó a dolerme, los dolores de cabeza se volvieron más frecuentes, y mi relación con mi marido y mis hijos empezó a deteriorarse. A pesar de todo, traté de ignorar mis cambios y tratar de seguir adelante, pero por dentro solo quería desaparecer, esconderme en algún rincón y no salir más. Estas sensaciones no se iban, incluso empeoraron: me costaba concentrarme y estaba irritable casi todo el tiempo.

    Un día, una amiga y colega me recomendó a su ginecóloga. Comencé con la terapia de reemplazo hormonal y fue como si volviera a vivir. La persona que solía ser comenzó a regresar. Mi familia me había etiquetado como enojona y triste, es por eso y más que es tan importante que las familias comprendan que pasar por la perimenopausia no es una elección. Necesitamos hablarlo para recibir apoyo y comprensión.

  • Constanza

    Empecé a tener infecciones urinarias, pero como no era sexualmente activa, decidí ignorarlas al principio. Sin embargo, llegó el día que incluso hacer yoga, una actividad que amo, se volvió doloroso. Luego, desarrollé una infección tras un vuelo en avión largo, y perdí la cuenta después de como seis infecciones urinarias y tras infecciones de riñon. Cuando consulté con un médico, su consejo fue que me limpiara de adelante hacia atrás después de orinar y me duchara tras tener relaciones sexuales. Tengo 55 años, ¡Sé de higiene básica! Finalmente acudí a una ginecóloga, quien identificó que esto podría estar relacionado con atrofia vaginal. Empezamos mi tratamiento y ella también me derivó a una kinesióloga de piso pélvico. Desde entonces, mi vida ha cambiado por completo.

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